- Artículo publicado en:
- Autor del artículo: Josefa Vial Brizzi
- Recuento de comentarios del artículo: 0
Menú de cajones
Crecemos inmersos en una cultura, una familia, un país y un grupo de amigos que fijan ciertas creencias, dan forma a un paradigma. Ese paradigma define “cómo se vive” “como hay que ser y que metas perseguir. Pero ¿qué pasa cuando ese paradigma no es natural para ti?
Desde la revolución industrial y con la globalización, las formas de vida se estandarizaron: apareció un humano estándar que debe seguir pasos estándar, metas estándar y vidas estandarizadas para ser exitoso y pertenecer.
Porque si pertenezco sobrevivo ¿o no? Mi tribu me cuida…
El problema es que, si bien compartimos necesidades humanas (refugio, alimentación, descanso, vínculo, pertenencia, etc…) Estas toman una forma y color único en cada uno de nosotros. Así cuando tratamos de satisfacer nuestras necesidades siguiendo estándares y expectativas ajenas no podemos vivir, sólo podemos sobrevivir.
Habitamos vidas con ritmos artificiales, siendo y haciendo en incoherencia. Dormimos, comemos, trabajamos y nos vestimos como “se debe” (según donde crecimos), en formas que nos permiten sobrevivir pero no impiden vivir. Apagamos la sensación de estar vivos.
Señales del modo supervivencia (checklist integral)
Físicas/energéticas
Emocionales
Mentales/cognitivas.
Conductuales/hábitos
Relacionales
Laborales/propósito
Espirituales/identidad
Entorno/sistema
Red flags (requieren atención prioritaria)
En estos casos, suma apoyo profesional (médico/psicológico) además del trabajo energético y de hábitos.
Si has hecho “todo lo que se espera” y aun así no te sientes bien, no es que estés fallando: estás siguiendo reglas estandarizadas que no funcionan para todas las personas. Pregúntate lo que se espera ¿es lo que yo espero de mi y mi vida?.
Supervivencia: psicoemocional y fisiológica.
Este modo de sobrevivencia es tan psicológico como fisiológico.
Vivir rápido, sin orientación interna y con disonancia entre el sentir pensar y hacer nos pone en estrés crónico: se activan las vías de alerta del sistema nervioso central, llevando nuestro ser a modo supervivencia. Altos niveles de cortisol y adrenalina, músculos activos, frecuencia cardiaca y respiratoria alteradas, etc. Esto genera desequilibrios físico químicos y hormonales en el cuerpo afectando nuestra fisiología, emoción y mente y, en consecuencia, nos aleja de nuestra espiritualidad.
Porque ¿qué es espiritualidad sino expresar nuestro espíritu en el mundo, nuestra alma en nuestra humanidad? Ser espiritual es vivir con tal coherencia que tu esencia se exprese en tu vida cotidiana. porque tu espíritu es parte de ti como tu hígado o tu corazón, sólo debes dejarle salir.
Para eso ya no debemos ser desde el descontrol sobreviviendo sin dirección clara, sino desde un orden íntimo donde tu espíritu guía tus pasos y creas tu propio propósito. Ahí comienzas a vivir.
Porque vivir no es mantenerte vivo, esa es la definición de sobrevivir: “permanecer en el tiempo o perdurar”.
Vivir es sentir y experimentar la vida. Y para sentir, necesitamos bajar el ritmo y volver a nosotros, a nuestros propios ritmos, a nuestras propias formas.
¿Cómo empezar a vivir?
No necesitas ejercicios imposibles ni fórmulas mágicas. Necesitas voluntad y amor por ti, necesitas pausa. Empieza por aquí:
Para y pregúntate quién eres. Escríbelo sin filtros: ¿qué te importa?, ¿qué te hace bien?, ¿qué ya no?
Evalúa tu ritmo. ¿Te acomoda la velocidad a la que estás viviendo? ¿Dónde puedes ralentizar?
Crea pausas reales. La pausa no es solo descanso: es integración. Sin pausa, vivimos “de largo” las experiencias.
Pregunta-origen. Antes de decidir o actuar: ¿lo hago desde mí o desde el mundo que me formó?
Un límite al día. Di no a aquello que drena tu energía y sí a lo que la nutre.
Higiene energética mínima. Un ritual breve de limpieza–carga–programación, elige prácticas cotidianas simples y más elaboradas mensualmente.
HMV – Hábito mínimo viable. Elige una acción pequeñita, sostenible por 7 días.
Dejar de sobrevivir para empezar a vivir es una decisión diaria. El camino a veces sube y baja: no se trata de “hacer todo perfecto” sino de volver a ti, de sostener pequeñas acciones que, con el tiempo, crean tu vida en salud.
¡No te olvides de contarme cómo te va! me encantaría escuchar sobre tu proceso!! y si necesitas compañía, aquí tienes el camino:
Agenda tu sesión inicial
Conoce el Programa Reconecta (2 meses).
Ver kit básico de estabilidad energética.